Para: VI SIRSO
SIMPOSIO INTERNACIONAL DE RSE DE LAS
ORGANIZACIONES
Steinfeld Adalberto Tadeo -
Argentina
Introducción
El reconocimiento de nuestra realidad
socio-económica y un diálogo franco de Responsabilidad Social, debiera
ayudarnos a corregir y superar el desorden comunitario con mezquindades y
desigualdades en que vivimos, producto de disimiles y convivientes causas que
contribuimos a generar.
Validando nuestro teorema, de “Empresa
Cuatripartita”, concebimos la toma de conciencia colectiva y
compromiso de cambio, tributando mediante la colaboración de los actores y las
experiencias globales, al diálogo ampliado liderado
por la empresa, fomentando la participación activa de todos como: trabajadores
desde sus organizaciones gremiales; ONGs comprometidas con DDHH, consumidores y
medio ambiente, sumado al fomento y ordenamiento democrático del Estado,
promoviendo en propuestas concretas de transición a un nuevo orden corporativo
que teorizamos y comparamos.
La identificación de documentos
fundantes para quienes asuman la gestión de cualquier tipo de organización,
ayudará a acreditar conocimiento y capacitación, predisponiendo aptitudes
personales que faciliten el ejercicio del poder conductual y, además, contribuir
a la vocación de adoptar compromisos concretos, involucrando su saber académico
con factores y conductas humanas, interrelaciones profesionales e
institucionales, aceptando aportes de los sectores sociales indiscutiblemente
involucrados.
Garantía, esta de una evaluación
equilibrada de riesgos de gobernanza y sustentabilidad de resultados en temas
como;
♦ Párrafo 1.- Empresa. Valores y
Compromisos.
♦ Párrafo 2.- Factor Humano. Empleo y
Sindicalismo.
♦ Párrafo 3.- ONGs Sociales.
Consumidores. Medio ambiente.
♦ Párrafo 4.- Estado y Democracia.
Párrafo 4.- Estado y Democracia.
Hay que asumir que se han tergiversado
las oportunas reglas que permitieron crecer y desarrollarse a determinadas
áreas circunstanciales, insertándonos en una economía volátil, de baja
productividad y alta especulación financiera.
No logran ejercer el
poder los que ostentan mejores compromisos sociales destacables, mientras los
que tienen una base cultural y pueden, se arriesgan y emigran, escapando del
sistema, mientras el resto sobrevive, en un proceso de “selección inversa”,
donde es el sistema el que los contiene o los expulsa, según situaciones
fortuitas, más que a reconocimiento de méritos y esfuerzos.
Es válido y altamente aconsejable que
los Estados/gobiernos deban estimular y hasta colaborar, apoyando el desarrollo
de la actividad empresarial, estableciendo financiamiento parcial y logístico a
emprendimientos estratégicos, innovadores y generadores de empleo masivo y
mejoramiento regional del nivel de vida de sus habitantes, incorporando el
compromiso a satisfacer pautas de transparencia y Responsabilidad Social, sin
favoritismo ni embanderamiento de ningún tipo.
Debe fomentarse la generación de
oportunidades laborales para todo nivel de su ciudadanía, fortaleciendo las
instituciones del trabajo, abordando a través del diálogo social democrático y
pluralista, sin menoscabo a su genuina representación, la generación de pautas
que garanticen la recuperación de un crecimiento sostenible, resiliente e
inclusivo, a partir de la aceptación de la necesidad de cambio y la férrea
voluntad de un sincero dialogo social.
¿Cuál es el alcance de la práctica
voluntaria de la RSE en el ejercicio sectorial de los derechos y de la
innovación de relaciones promovidas desde las empresas, transformadas en
normas, para mejoramiento social? ¿Está la dirigencia política dispuesta a
asumir deficiencias e ineficacias, reducir beneficios de casta y compartir
responsabilidades con una autentica y diferente visión y participación
democrática, renunciando al ejercicio de negativos regímenes autoritarios con
indisimulados privilegios existentes?
La democracia económica, la economía
circular o verde que pretenden instaurarse en algunos países, siguen siendo aún
incipientes conceptos complejos, admitiendo diferentes interpretaciones:
Fomenta, por un lado, la posibilidad de que sean los propios ciudadanos,
formados como dirigentes empresarios, sindicales y/o sociales los responsables
de la dirección, gestión y organización productiva de los países y la
explotación de las riquezas naturales existentes. Cuerpo gerencial responsables
de la situación actual y sospechados de ineficiente imparcialidad con tendencia
a favor del materialismo individualista a ultranza.
¿Alcanza
con potencializar las innovaciones productivas con paternalismo económico,
disminuir la desigualdad social mediante subsidios diversos y trasparentar el
corporativismo de empresas estatales inclusivas pero deficitarias?
Tal vez, cambiando el orden de la
ecuación debamos preguntarnos: ¿En sistemas electorales cada día visiblemente
más atomizados, corruptibles y excluyentes ¿por dónde que no sea la empresa,
pasa la participación y el desarrollo de las personas?
Los gobiernos elegidos mediante
procesos aceptados por las mayorías de sus países, deben tener la idónea
actividad de asemejarse a un consejo de administración, en función de una mayor
eficacia y eficiencia de los intereses de sus sociedades y adecuado
aprovisionamiento de recursos naturales, para ejercer el pretendido “Estado de
Bienestar”, sin dirigismo ni populismo, con formal pero eficiente rendición de
cuentas periódicas y públicas.
Independiente de las obligaciones y
limitaciones del “Estado” para con sus ciudadanos, debemos también definir y
diferenciar el concepto de “licencia social”, de los entes participantes de la
comunidad, en cuanto a impactos sociales de su accionar, base de la
Responsabilidad Social, ejercida al hacerse eco de las expectativas y
necesidades de la comunidad que lo rodea.
La discusión del día a día y la
complementación de esfuerzos específicos en el marco de la RSE, no deben
obstaculizar el ejercicio de la política propiamente dicha, para proyectos y
aspiraciones sociales trascendentales con visión de futuro, con respeto a la
orientación que la mayoría del pueblo exprese en elecciones generales libres
con abierta participación de sus ciudadanos.
El Estado debe garantizar el ejercicio
participativo y democrático desde la constitución de esas organizaciones del
propio pueblo, mediante procesos supervisados por la justicia, lejos de toda
identificación partidista, sectorial o mezquina.
Por lo contrario, el fomento por su
parte, debe apuntar a su complementación con los demás sectores, facilitando
alcanzar el equilibrio necesario para la igualdad de posibilidades necesarias
para el crecimiento y desarrollo de las comunidades.
Al ser Activo Miembro Pleno de Naciones
Unidas, sus políticas públicas deben propender a la ejecución y práctica
efectiva de las normas, resoluciones y principios que en Reuniones Plenarias de
organismos internacionales en los cuales participa, se dictaminen, entre las
que, afines a nuestro tema destacamos, entre otras:
o Declaración Universal de Derechos Humanos
Naciones Unidas
o Convenio sobre discriminación en el empleo.
OIT-
o Declaración de NU sobre el Medio
Humano, de Estocolmo –
o Convención sobre Eliminación de Todas Formas
de Discriminación contra la Mujer.
o Directrices para Protección del Consumidor.
Naciones Unidas.
o Declaración sobre Derecho al Desarrollo -
Naciones Unidas
o Declaración de Rio sobre Medio Ambiente y el
Desarrollo.
o GLOBAL COMPACT. (Pacto
Global de Naciones Unidas)
o Objetivos del Milenio (ODM) -
o Acuerdo Cumbre de Paris
o Objetivos Desarrollo Sustentable - 17
Objetivos:
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