jueves, 20 de julio de 2017

Compromiso Social y “Conciencia perezosa”

La actitud de muchas personas de no creer en la posibilidad de conocer la verdad, lleva a lo que el Profesor Rafael Alvira, de la Universidad de Navarra, España,  llama “conciencia perezosa”..
El origen de esa conciencia perezosa, estaría basado en el sentido negativo de nuestra presunta relación con la verdad: Y dado que esa verdad como plenitud de la propia existencia, no existe y  ”como no puedo alcanzarla, o no tengo a mi alcance posibilidad de modificarla, pues entonces dejémosla estar.
Se hace difícil resistirse al hecho que somos seres limitados, que no podemos conocerlo todo, ni entenderlo todo, de modo que nuestra posición será siempre una incómoda aproximación a una verdad que nunca alcanzaremos del todo.
“Como hay que vivir, lo mejor es renunciar a la verdad. La vida no puede esperar, por lo tanto, quedémonos con lo que tenemos, aunque sepamos que es una  mentira”. Y cuando alguien no reacciona ante la mentira, está ejercitando esa “conciencia vulgar o perezosa”, Situación que induce al camino de los totalitarismos.
Conciencia que busca en su gran mayoría estar amparada, de otra manera, por la fe. Aceptando pautas de vida sin más, ni mediante el mínimo análisis. Fe religiosa o laica, de visiones de izquierda o derecha, con actitud militante o pacífica.
Necesitamos verdades “gordas” y como buscarlas es incómodo, nos quedamos con las “verdades a medias” que nos dan nuestros padres, o nuestros filósofos predilectos, o nuestros políticos, o simplemente quien nos despierte simpatía.
La búsqueda de la verdad es una tarea fatigosa, que debe llevarse a cabo en equipo, con un diálogo abierto.  Diálogo que exige aceptar el pluralismo: asumir tener perspectivas distintas, pues no las conocemos  todas, y es sano contrastar nuestras  ideas con las de otros, con el simple afán de superación.
Hoy se piensa  que el diálogo puede es una forma de dominación y poder y suele sustituirse por la negación de la plática y  la creación de tabúes ideológicos que no se pueden, ni se deben contrastar. Frases hechas, slogans, mentiras de los políticos y/o dirigentes y/o medios de comunicación. Dialéctica inevitable del poder  que queda e influye más que una idea de libertad sin apoyo y por consiguiente sin criterio para la acción. Condición que facilita la búsqueda por imponerse desde un Estado totalitario, a menudo con la dictadura de las mayorías.
Ponerse a discutir temas importantes de la vida significa que debo admitir, aunque solo sea como posibilidad teórica, que puedo estar equivocado, y eso en la coyuntura no está permitido.
üNo puede existir divorcio alguno entre el pensamiento y la acción, mientras la sociedad y el hombre se enfrentan con la crisis de valores más profunda acaso de cuantas su evolución ha registrado.
üEs posible que la acción del pensamiento haya perdido en los últimos tiempos contacto directo con las realidades de la vida de los pueblos. También es posible que el cultivo de las grandes verdades, abandonara la persecución infatigable de las razones.
üLos griegos de Sócrates se formulaban grandes preguntas: el ser, el principio, la virtud, la belleza, la finalidad, y trataron de formular debidamente sus tablas de Moral y sus principios de Ética. No es lícito dar tales problemas por juzgados para permitirnos después extraviar al hombre - que ignora las viejas verdades centrales - con nuevas verdades superficiales o con simples sofismas. El hombre está hoy tan necesitado de una explicación como aquellos para quienes Sócrates, tantos siglos atrás, forjaba sus problemas.
üSe ha persuadido al hombre de la conveniencia de saltar sin gradaciones de un idealismo riguroso a un materialismo utilitario; de la fe a la opinión; de la obediencia a la incondición.
(Frases extraídas de La Comunidad Organizada del Gral. Juan D. Perón, en 1949.)
La verdad es capaz de convencer a los que escuchan con sencillez de conciencia.  Por ejemplo en temas que personalmente me motivan Cual es la justa postura frente al fundamento que la educación gratuita, generalizada y de calidad, la atención médica con los mejores adelantos científicos, la vivienda al alcance de todos, el trabajo digno y la remuneración justa, son derechos inalienables de todo ciudadano?. Por consiguiente y ante la emergencia, la asistencia pasa a ser un soporte o auxilio que se le brinda a quien lo necesita, con el fin de coadyuvar a mejorar las condiciones de vida de esas personas.
¿Cómo hay que ayudarlo a reflexionar para que se acerque a la verdad que no consiste en negar ese derecho, sino ponerlo en el marco de las posibilidades, los deseos y los conflictos de una sociedad plural, partiendo que: “ cada ciudadano debe producir por lo menos lo que consume”?.
La virtud debe estar para los hombres, basada en la relación: ser, ética, belleza, integridad, desde lo individual, asimilando  lo que las instituciones son para la sociedad, desde: historia, educación, cultura, civilización, como lo observa el profesor Alvira. 
Fundamento antropológico  de la ética como dinámica vital del hombre al juzgar continuamente la bondad o la maldad; la verdad o la falsedad de los hechos y de las cosas.  Donde ser ético no es reducirse al cumplimiento de normas o códigos, sino el reconocimiento dentro de si de realizar el bien y evitar el mal, con la ayuda de las leyes, que son el cauce para la acción de lo bueno. Buenas costumbres que crean la ley y no viceversa.

En definitiva, un “Compromiso Social” diferentes a lo visto en la cotidianeidad. 

jueves, 6 de julio de 2017

Columnas de vida

Columnas de vida.

Los que peinamos canas, e inclusive hasta alguna generación más joven, hemos vivido y desarrollado  sobre la imposición de pautas socio - culturales que tuvieron como parámetros dos columnas fundamentales: el trabajo y la familia.
El trabajo fue el eje de desarrollo donde encontrábamos la canalización social de todas nuestras aspiraciones. Fue beneficio de muchos iniciarse, desarrollarse y jubilarse en el mismo empleo, o en la menor cantidad de ellos. Distintivo de nuestro fracaso o nuestra mala suerte, resultaba la pérdida o el cambio de empleo, aunque ello sea motivado por una mejora posicional o económica. Fue el ámbito donde generalmente se generaban los amigos, muchos también sus parejas, los reconocimientos a los saberes, preparaciones y habilidades y  fundamentalmente, lugar de obtención de los recursos económicos que permitieron desarrollarnos y progresar progresivamente, en forma conjunta con el sostén la familia, su crecimiento generacional y bienestar.
Familia, a la cual se trataba de proteger y aislar de cualquier tipo de adversidad, reflejo de nuestros valores y contención afectiva de todas nuestras aspiraciones, del tipo que sean. Se mantenían separados los hijos de los avatares cotidianos buscando ver realizado en ellos los proyectos truncos, la educación superior ambicionada, funcionando de alguna manera como amortiguador de impactos circunstanciales de vida. Entidad que educaba en la convivencia poli clasista y respeto generacional. Valoración de saberes de los adultos mayores y los necesitados.
Hoy, cuando las expectativas de vida se prolongan, nos damos cuenta que el trabajo, por parámetro legal y actitud psico-física llega a su fin. Que nuestra experiencia no es tenida en cuenta. Que la empresa, en su objetivo de resultados, sobrevive en un mar de ambiciones, mentiras y desconsideración para con su personal, y mucho más si no muestran una performance competitiva y ambiciosa a cualquier precio, actitud que los mayores ya no sienten, aunque muchos quisieran no desprenderse de obligaciones y compromisos que los hace sentir vivos.
La otra columna ligada a la familia, ya no nos contiene afectivamente. Imitando nuestro ímpetu de libertad e independencia juvenil, busca independiente de nosotros y con herramientas generacionales propias, sobrevivir y crecer a su manera. Con una escala de valores particular, está física y espiritualmente lejos de los más viejos.
Desde esa concepción de vida, hubo a nuestro criterio, la ausencia de una columna que fomentara la búsqueda del equilibrio que nos facilitara el tiempo de permitirnos la satisfacción personalísima de sentirnos realizados en pequeñas y grandes aspiraciones propias. Concretar sueños fácilmente alcanzables y preocuparnos un poco mas de nosotros mismos. No alcanza la participación condicionada en centros de jubilados, o actividades sociales y culturales para cubrir el déficit personal que debiéramos haber logrado con menor edad y en otra etapa de vida.
Entonces, se toma conciencia, que como toda mesa, para sostener adecuadamente su contenido necesita de un cuarto puntal que, en muy pocas circunstancias hemos participado a su reconocimiento y construcción. Es la columna  socio-cultural qué, como resumen de aspiraciones colecticas y sostenida por valores y realizaciones de las mismas personas, vuelca a su favor, los espacios adecuados para compartir sin discriminaciones clasistas ni limitaciones de ninguna especie, solo manteniendo el respeto al prójimo y el bien común.
Esas cuatro columnas tampoco son visibles simultáneamente en las generaciones actuales.
El trabajo no da garantía de sostenibilidad en el tiempo ni ejerce el espacio de desarrollo y reconocimiento a aptitudes personales. Indisimuladamente se fomenta la competitividad, el individualismo y la búsqueda del lucro.
La construcción de la familia, no es prioridad de los jóvenes y la simple convivencia o la paternidad solteril, no alcanza para el desarrollo de éticas y valores contemporáneos con proyección futura.
 Si bien el desarrollo y la satisfacción personal ocupan un lugar primordial en las jóvenes generaciones, están sobrevalorados su individualismo y la despersonalización, lo cual obstruye la construcción colectiva de una sociedad diferente.
  Construcción socio-cultural colectiva que en nada es ayudada por las mismas organizaciones sociales existentes. Que no promueven la participación con transparencia y la rendición de cuentas, que permitan en franca apertura intelectual un intercambio creativo y superador.
El copamiento de los cargos directivos por camadas que se enquistas en organizaciones e instituciones del ámbito privado o semi-público, con prácticas corruptas, tampoco ayuda a promover la participación y el crecimiento cultural de las jóvenes generaciones.
¿Tienen las empresas, la capacidad de generar el cambio cultural de participación y mejoramiento, que luego se traslade a la sociedad en su conjunto, aunque sea por su interés íntimo de promover el crecimiento personal para aumentar el nivel productivo de sus empleados?
¿Es la “Responsabilidad Social Empresaria” la herramienta que nos facilite a todos el asumir la cuota de involucramiento en cada uno de los aspectos de nuestra existencia?
¿Habrá llegado el techo de las desviaciones de ambición de las personas, para recomenzar el camino de búsqueda del bien común, que elimine riesgos y temores?
 ¿Cuánto estamos individualmente dispuestos a aportar a una causa colectiva?