Razones que podrían hallarse
analizando respuesta a preguntas de los propios afectados. Por ello compartimos
esta serie de visiones.
¿Qué siente un
gerente, o un profesional, cuando el más humilde de los trabajadores de
cualquier sector, se le acerca para conversar?
Para
evitar la necesidad de identificaciones subjetivas y personalizadas de las
diferentes y específicas generaciones laborales, por ser más gráfico tomamos la generación laboral
próxima a entrar en la calificación de” adultos mayores”, que en definitiva es la que heredó, modifico
y construyó los entornos que hoy
encontramos, la cual desarrolló su existencia sobre una cultura basada en dos
grandes pilares: la familia y el trabajo.
Familia
que formo a semejanza de un modelo social-religioso, a partir de un proyecto
personal idealizado y sueño de convivencia y contención afectiva. Crecimiento
generacional vasado en principios y valores de respeto, admiración a liderazgos
personales y búsqueda de satisfacción y bienestar personal.
Trabajo
que desde la subsistencia y estabilidad, le permitió la obtención de recursos
económicos que facilitaron ese mejoramiento material y aparente justicia social
que se trasladaba al confort, sin asumir un grado de compromiso a futuro, de su
vínculo con lo producido, ni búsqueda de su lugar legítimo en la cadena de
producción que leyes si le fueron otorgando, transformando dichos derechos en
meras expresiones jurídicas, ajenas a su existencia.
Hoy,
se da cuenta que la familia se mueve sobre otras pautas diferentes y casi
distantes a su raíz cultural. Que vive a distancia y no lo contiene ni lo
acompaña y en muchos casos, hasta lo menoscaba. Que tiene que aceptar la
convivencia con costumbres, conductas y valores que nunca imagino en lo
personal y mucho menos en su entorno familiar. Las adicciones expuestas como
expresión de libertad individual. Trasvasamiento generacional que le cuesta
aceptar, minado de hipocresía, deslealtades, homosexualidad, lesbianismo,
concubinatos temporarios por conveniencia. Aceptación natural de hijos
extramatrimoniales, corrupción valorada según el nivel de exposición
descaradamente expuesta.
Actividad
laboral que se resiste a abandonar y que previsionalmente lo confina a una
incertidumbre de capacidad de supervivencia, aumento de la expectativa de vida
y soledad social no comprendida institucionalmente.
Recién
toma contacto con su realidad cotidiana asumiendo su falta de desarrollo
personal y propósitos de vida más allá de cuidar nietos o mascotas de sus
hijos. Su desconexión entre su vida real y sus aspiraciones. Descuido de la
naturaleza y del planeta. No halla los resultados de su búsqueda de libertad y
superación. De ausencia de proyectos post-laborales, chatura socio-cultural e
individualismo a ultranza solapado. Sueños desarrollados sin planificación ni
propósitos ciertos. Se niega a asumir la traición a sus ideales juveniles,
inducido por una sociedad de consumo que le hace pagar su desinterés de
participación cívico-comunitaria y despreocupación por la inequidad de la
distribución de la riqueza que el mismo contribuyó a generar.
Actitud
de ignorar su subsistencia
en un entorno socio-político-económico, local e internacional, suponiendo la
inalcanzable posibilidad de sentir las consecuencias de cambios
socio-culturales, para los cuales se negó, no encontró o le negaron su espacio
de participación o involucramiento y que hoy paga por igual, como aquellos que
supieron beneficiarse con esos cambios.
Consecuencias
por no cuidar el medio ambiente. No prepararse para la tecnología que no pidió
permiso para incorporarse a la vida productiva y cotidiana. A los cambios
culturales, la globalización, las consecuencias de los “ismos” (capitalismo,
socialismo, personalismos, populismos, etc. etc.).
Hoy,
se siente obligado a no abandonar su puesto de labor, taponando el crecimiento
de una juventud necesitada de espacio y una sociedad con alto grado de
desempleo juvenil. Si tiene recursos,
conocimientos y aun capacidades intelectuales, vuelve en nuevas formas de
consultorías, auditarías y/o asesores externos, en falso e indelebles vínculos
laborales que las empresas explotan, pero que le permiten sobre existir en una
sociedad que no lo reconoce y siente que lo lanza al ostracismo.
Criterios
y aspectos que desde la empresa no se valora. Que aun, las que dicen y
propagandizan prácticas sanas de RRHH, no canalizan con la urgencia,
integridad, y participación que los trabajadores necesitarían. No se reconoce
la interdependencia, la necesidad de comunicación, con transparencia y
compromiso de involucramiento en la generación de oportunidades de crecimiento
y superación.
RSE
que no incluye a los trabajadores de base y mucho menos a los cuestionadores o
sindicalizados. Que bajo el discurso de la subsistencia empresarial disfraza su
interés por conservar su poder discrecional y arbitrario y su ambición de
acumulación y lucro, sin reconocer la importancia en la que se asume cada
miembro de su cadena de valor, contemplando, contribuyendo y mejorando sus
vínculos. Actitud disimulada y acompañada por ese sector de gerentes y
profesionales que con forzadas técnicas de liderazgo y sofisticado
sometimiento, adiestra y maltrata por igual.
Desconfianza
y desilusión mutante, que traslada en su labor diaria, falto de entusiasmo,
creatividad y ejemplo para generaciones jóvenes, aun con ímpetu y ansias de reconocimiento
y aspiración de crecimiento.
Adalberto Tadeo Steinfeld
Mayo 2017.-