domingo, 5 de noviembre de 2017

Reforma Laboral.

El refrán dice: “Todo depende el color del cristal con que se mire”.
Como visión personal, asumo que la convivencia pacífica entre los sectores de la sociedad, sin entrar a analizar su origen, desarrollo o conveniencia de existir, está atravesada por una crisis de valores generacionales, que desencadenan en el conflicto social.
Ese enfoque cultural hace que, quien se encuentre como empleador, no escatime esfuerzo para hacer prevalecer cualquier tipo de flexibilidad laboral, que le permita acopiar poder de decisión y riquezas personales, en desmedro de “beneficios sociales” que reconociéndolos como derechos al prójimo, prefiere postergar priorizando su bienestar. Por consiguiente, no se asume como actor social y ve normal la remarcación de precios, la falta de calidad o ineficiencia de los que produce y la distribución inequitativa de la riqueza que conjuntamente con sus trabajadores genera.
Todo funcionario, dirigente social y/o profesional de cualquier área que sea, naturalmente y en el devenir de su actividad, asume como natural su status social diferenciado y por consiguiente, “aprovechando“ las oportunidades que le confían sus representados, no ve mal apropiarse, desviar en provecho propio y/o de grupo, los recursos que esos grupos de la sociedad le ha confiado, como así mismo, pretende mantenerlos indefinidamente, perdiendo paulatinamente su objetividad y grado de genuina representación social.
En contraposición a ellos, el hombre base, se entretiene en resolver su existencia cotidiana, y es inducido a incorporar como válidas, tanto para unos como otros premisas de: “roban pero hacen” o “mejor malo que bueno por conocer”, mientras por diferentes medios de propaganda, se lo hace suponer que debe seguir participando y apoyando posturas dialécticas que le proponen mejor futuro, “a través de sus representantes, elegidos democráticamente”.
Esas promesas originan cambios y propuestas legales, que quien ejerce la administración del Estados, intenta plasmar en leyes que le permitan avanzar hacia la realización del modelo de país, que los votantes le han confiado en elecciones abiertas y no cuestionadas por ningún sector.
En la actualidad, las reformas propuestas, según borrador que fuentes oficiosas han hecho circular, y que deberán ser analizadas, discutidas y consensuadas en las Cámaras de Diputados y Senadores, también debieran dar pie para que quien esté interesado o tenga fundamentos para mejorar y/o reemplazar la iniciativa, pueda a través de sus representantes sectoriales hacerla llegar.
Es muy difícil alcanzar la objetividad plena, pero siento la obligación personal de no inducir, prejuzgar ni fijar posición, no por no tenerlas, sobre aspectos que creo que cada trabajador debe clarificarse y expresarse en el ambiente que se le permita, buscando consensos, pautas de convivencia y en definitiva, la Justicia Social que su talento laboral le marque como propia.
Con esa intención, comparto el presente resumen del:

PROYECTO DE REFORMA LABORAL DE OCTUBRE DE 2017.- 

Título I: Regularización del empleo no registrado.
   Pretende fomentar el blanqueo de trabajadores mediante la condonación de acciones penales, sanciones, multas, aportes y contribuciones de los empleadores que se avengan a reconocer su incumplimiento otorgando un plazo de 360 días desde la promulgación de la ley.
Reconoce a los trabajadores normalizados, a los efectos jubilatorios, como períodos trabajados, los reconocidos por los empleador, sobre una base equivalente al Salario Mínimo Vital y Móvil.
Elimina el pago como multa de ¼ del total de remuneraciones percibidas al trabajador afectado que haya efectuado las denuncias correspondientes exigiendo su normalización ya sea por registración, consignación irregular e insuficiente de fecha de ingreso o remuneración y lo reemplaza con el pago del 25% de un Salario mínimo vital y móvil por cada período mensual involucrado.
Eliminación del pago doble de indemnización por despido dentro de los dos años de cursada la intimación formal a blanqueo /regularización por parte del trabajador o autoridad administrativa.

Título II: Modificacion de aportes Régimen de Contrato de Trabajo.
Reducción progresiva hasta el año 2023 de los montos mínimos no imponibles de aportes previsionales del sector empleador.
Computación como crédito fiscal para el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de las contribuciones patronales, progresivas hasta 2022 según tabla de valor y lugar

Título III: Régimen de Contrato de Trabajo.
Incorpora a trabajadores “autónomos económicamente independientes” que se regirán por una regulación estatutaria especial y a “trabajadores independientes y a sus trabajadores colaboradores”
Elimina el principio que habilita que “los contratos individuales de trabajo” pueden ser considerados nulos y sin valor, como lo fijaba el art. 12 de la LCT.
Elimina responsabilidad solidaria a quienes cedan total o parcialmente trabajos y/o servicios por actividades de limpieza, seguridad, mantenimiento general de bienes muebles o inmuebles, servicios médicos y de higiene y seguridad, gastronomía y/o informática.
Facultad de modificar las formas y modalidades del trabajo: Elimina la posibilidad de no innovar las condiciones de trabajo hasta tanto se expida la instancia sumarísima judicial e Incorpora el derechos a reclamar: ”Ante la instancia que se contemple para ello en el Convenio Colectivo de Trabajo”.
Elimina la indemnización de tres meses de sueldo a favor del trabajador, cuando no se entregue el correspondiente Certificado de trabajo y constancia de cumplimiento de las obligaciones previsionales, dentro de los 2 (dos) días hábiles de rota la relación y/o intimado su complimiento. Ante incumplimiento, no asigna sanción alguna.
Aumenta de 2 a 15 días corridos la licencia por nacimiento de hijo.
Incorpora licencia de 30 días sin goce de haberes por razones particulares planificadas.
Asigna posibilidad a Convenios Colectivos a establecer reglamentación sobre Jornada Reducida.
Incorpora posibilidad de establecer por Convenio Colectivo, “Banco de Horas” para compensar horas suplementarias o extras realizadas. Control a compensar por 1 (un) año y máximo de 10 horas por día de trabajo.
Incorpora posibilidad de acordar con empleador la reducción transitoria de jornada laboral para cuidado de niños de hasta 4 años.
Reduce la prescripción de acciones por créditos de relaciones de trabajo a 1 (un) año en lugar de los 2 (dos) existentes.
Fondo de cese laboral.
Fomenta la creación compartida entre Empleadores y Sindicatos de un Fondo para cubrir preavisos y despidos sin causa.
Conducción tripartita, y control de sindicatura. De adhesión  del empleador voluntaria, incluidos trabajador independiente, con posibilidad de inversiones en depósitos a plazo fijo.
Depósito en cuenta bancaria del trabajador por parte del Fondo, dentro de 4 (cuatro) días hábiles de recibida notificación de despido.

Título IV: Capacitación Continua.
Diseño del Instituto Nacional de Formación Laboral y Consejos Sectoriales de Capacitación Continua tripartitos para identificar demandas, avalar institutos, promover formación y utilización de fondos privados.
Establecer Documento de Identidad Ocupacional, con constancia de aprendizajes continuo, a determinar por Empleadores, Sindicatos y Estado.

Título V: Sistema Educativo Formal y Prácticas.
Asegurar desde Estado Nacional, Provincial y Municipios derecho y control ciclo de transición de Sistema de Prácticas formativas para “estudiantes y noveles graduados” mayores de 18 años. Duración 12 meses y máximo 30 hs. semanales.
Obligatorio para empresas con participación estatal. Asignación proporcional base Convenio de la actividad y similares beneficios.
Creación del Instituto Nacional de Formación Laboral para diseño, regulación y evaluación  de prácticas.

Título VI: Fomento Empleo Juvenil y Practicas.
Programas y actividades afines para menores de 24 años residentes en el país, sin formación laboral. Acompañamiento, tutorías, y ayudas económicas. Asignase control a Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

Título VII: Red Federal de Servicios de Empleo.
Definiciones y Reglamentación parcial Ley 24013 Capitulo II Titulo V.

Título VIII: Seguro de Desempleo Ampliado.
Incorpora a Empresas en Crisis a trabajadores de “Empresas en Transformación Productiva”

Título IX: Relaciones Colectivas de Trabajo.
Actualización del registro Nacional de Asociaciones Sindicales  en base a datos últimos 5 años.
Prohibición de acordar sumas no remunerativas en Convenios Colectivos.

Título X: Agencia Nacional de Evaluación de tecnologías de Salud.
Creación de una repartición denominada Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salid con autarquía económica y financiera para realizar estudios y evaluaciones de medicamentos, productos médicos e instrumentos, técnicas y procedimientos clínicos, quirúrgicos para ser incorporados al Programa Médico Obligatorio. Intervendrá con posterioridad a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

Directorio de 5 (cinco) miembros elegidos por el Poder Ejecutivo por 6 años. Y Consejo Asesor de 9 (nueve) miembros

jueves, 20 de julio de 2017

Compromiso Social y “Conciencia perezosa”

La actitud de muchas personas de no creer en la posibilidad de conocer la verdad, lleva a lo que el Profesor Rafael Alvira, de la Universidad de Navarra, España,  llama “conciencia perezosa”..
El origen de esa conciencia perezosa, estaría basado en el sentido negativo de nuestra presunta relación con la verdad: Y dado que esa verdad como plenitud de la propia existencia, no existe y  ”como no puedo alcanzarla, o no tengo a mi alcance posibilidad de modificarla, pues entonces dejémosla estar.
Se hace difícil resistirse al hecho que somos seres limitados, que no podemos conocerlo todo, ni entenderlo todo, de modo que nuestra posición será siempre una incómoda aproximación a una verdad que nunca alcanzaremos del todo.
“Como hay que vivir, lo mejor es renunciar a la verdad. La vida no puede esperar, por lo tanto, quedémonos con lo que tenemos, aunque sepamos que es una  mentira”. Y cuando alguien no reacciona ante la mentira, está ejercitando esa “conciencia vulgar o perezosa”, Situación que induce al camino de los totalitarismos.
Conciencia que busca en su gran mayoría estar amparada, de otra manera, por la fe. Aceptando pautas de vida sin más, ni mediante el mínimo análisis. Fe religiosa o laica, de visiones de izquierda o derecha, con actitud militante o pacífica.
Necesitamos verdades “gordas” y como buscarlas es incómodo, nos quedamos con las “verdades a medias” que nos dan nuestros padres, o nuestros filósofos predilectos, o nuestros políticos, o simplemente quien nos despierte simpatía.
La búsqueda de la verdad es una tarea fatigosa, que debe llevarse a cabo en equipo, con un diálogo abierto.  Diálogo que exige aceptar el pluralismo: asumir tener perspectivas distintas, pues no las conocemos  todas, y es sano contrastar nuestras  ideas con las de otros, con el simple afán de superación.
Hoy se piensa  que el diálogo puede es una forma de dominación y poder y suele sustituirse por la negación de la plática y  la creación de tabúes ideológicos que no se pueden, ni se deben contrastar. Frases hechas, slogans, mentiras de los políticos y/o dirigentes y/o medios de comunicación. Dialéctica inevitable del poder  que queda e influye más que una idea de libertad sin apoyo y por consiguiente sin criterio para la acción. Condición que facilita la búsqueda por imponerse desde un Estado totalitario, a menudo con la dictadura de las mayorías.
Ponerse a discutir temas importantes de la vida significa que debo admitir, aunque solo sea como posibilidad teórica, que puedo estar equivocado, y eso en la coyuntura no está permitido.
üNo puede existir divorcio alguno entre el pensamiento y la acción, mientras la sociedad y el hombre se enfrentan con la crisis de valores más profunda acaso de cuantas su evolución ha registrado.
üEs posible que la acción del pensamiento haya perdido en los últimos tiempos contacto directo con las realidades de la vida de los pueblos. También es posible que el cultivo de las grandes verdades, abandonara la persecución infatigable de las razones.
üLos griegos de Sócrates se formulaban grandes preguntas: el ser, el principio, la virtud, la belleza, la finalidad, y trataron de formular debidamente sus tablas de Moral y sus principios de Ética. No es lícito dar tales problemas por juzgados para permitirnos después extraviar al hombre - que ignora las viejas verdades centrales - con nuevas verdades superficiales o con simples sofismas. El hombre está hoy tan necesitado de una explicación como aquellos para quienes Sócrates, tantos siglos atrás, forjaba sus problemas.
üSe ha persuadido al hombre de la conveniencia de saltar sin gradaciones de un idealismo riguroso a un materialismo utilitario; de la fe a la opinión; de la obediencia a la incondición.
(Frases extraídas de La Comunidad Organizada del Gral. Juan D. Perón, en 1949.)
La verdad es capaz de convencer a los que escuchan con sencillez de conciencia.  Por ejemplo en temas que personalmente me motivan Cual es la justa postura frente al fundamento que la educación gratuita, generalizada y de calidad, la atención médica con los mejores adelantos científicos, la vivienda al alcance de todos, el trabajo digno y la remuneración justa, son derechos inalienables de todo ciudadano?. Por consiguiente y ante la emergencia, la asistencia pasa a ser un soporte o auxilio que se le brinda a quien lo necesita, con el fin de coadyuvar a mejorar las condiciones de vida de esas personas.
¿Cómo hay que ayudarlo a reflexionar para que se acerque a la verdad que no consiste en negar ese derecho, sino ponerlo en el marco de las posibilidades, los deseos y los conflictos de una sociedad plural, partiendo que: “ cada ciudadano debe producir por lo menos lo que consume”?.
La virtud debe estar para los hombres, basada en la relación: ser, ética, belleza, integridad, desde lo individual, asimilando  lo que las instituciones son para la sociedad, desde: historia, educación, cultura, civilización, como lo observa el profesor Alvira. 
Fundamento antropológico  de la ética como dinámica vital del hombre al juzgar continuamente la bondad o la maldad; la verdad o la falsedad de los hechos y de las cosas.  Donde ser ético no es reducirse al cumplimiento de normas o códigos, sino el reconocimiento dentro de si de realizar el bien y evitar el mal, con la ayuda de las leyes, que son el cauce para la acción de lo bueno. Buenas costumbres que crean la ley y no viceversa.

En definitiva, un “Compromiso Social” diferentes a lo visto en la cotidianeidad. 

jueves, 6 de julio de 2017

Columnas de vida

Columnas de vida.

Los que peinamos canas, e inclusive hasta alguna generación más joven, hemos vivido y desarrollado  sobre la imposición de pautas socio - culturales que tuvieron como parámetros dos columnas fundamentales: el trabajo y la familia.
El trabajo fue el eje de desarrollo donde encontrábamos la canalización social de todas nuestras aspiraciones. Fue beneficio de muchos iniciarse, desarrollarse y jubilarse en el mismo empleo, o en la menor cantidad de ellos. Distintivo de nuestro fracaso o nuestra mala suerte, resultaba la pérdida o el cambio de empleo, aunque ello sea motivado por una mejora posicional o económica. Fue el ámbito donde generalmente se generaban los amigos, muchos también sus parejas, los reconocimientos a los saberes, preparaciones y habilidades y  fundamentalmente, lugar de obtención de los recursos económicos que permitieron desarrollarnos y progresar progresivamente, en forma conjunta con el sostén la familia, su crecimiento generacional y bienestar.
Familia, a la cual se trataba de proteger y aislar de cualquier tipo de adversidad, reflejo de nuestros valores y contención afectiva de todas nuestras aspiraciones, del tipo que sean. Se mantenían separados los hijos de los avatares cotidianos buscando ver realizado en ellos los proyectos truncos, la educación superior ambicionada, funcionando de alguna manera como amortiguador de impactos circunstanciales de vida. Entidad que educaba en la convivencia poli clasista y respeto generacional. Valoración de saberes de los adultos mayores y los necesitados.
Hoy, cuando las expectativas de vida se prolongan, nos damos cuenta que el trabajo, por parámetro legal y actitud psico-física llega a su fin. Que nuestra experiencia no es tenida en cuenta. Que la empresa, en su objetivo de resultados, sobrevive en un mar de ambiciones, mentiras y desconsideración para con su personal, y mucho más si no muestran una performance competitiva y ambiciosa a cualquier precio, actitud que los mayores ya no sienten, aunque muchos quisieran no desprenderse de obligaciones y compromisos que los hace sentir vivos.
La otra columna ligada a la familia, ya no nos contiene afectivamente. Imitando nuestro ímpetu de libertad e independencia juvenil, busca independiente de nosotros y con herramientas generacionales propias, sobrevivir y crecer a su manera. Con una escala de valores particular, está física y espiritualmente lejos de los más viejos.
Desde esa concepción de vida, hubo a nuestro criterio, la ausencia de una columna que fomentara la búsqueda del equilibrio que nos facilitara el tiempo de permitirnos la satisfacción personalísima de sentirnos realizados en pequeñas y grandes aspiraciones propias. Concretar sueños fácilmente alcanzables y preocuparnos un poco mas de nosotros mismos. No alcanza la participación condicionada en centros de jubilados, o actividades sociales y culturales para cubrir el déficit personal que debiéramos haber logrado con menor edad y en otra etapa de vida.
Entonces, se toma conciencia, que como toda mesa, para sostener adecuadamente su contenido necesita de un cuarto puntal que, en muy pocas circunstancias hemos participado a su reconocimiento y construcción. Es la columna  socio-cultural qué, como resumen de aspiraciones colecticas y sostenida por valores y realizaciones de las mismas personas, vuelca a su favor, los espacios adecuados para compartir sin discriminaciones clasistas ni limitaciones de ninguna especie, solo manteniendo el respeto al prójimo y el bien común.
Esas cuatro columnas tampoco son visibles simultáneamente en las generaciones actuales.
El trabajo no da garantía de sostenibilidad en el tiempo ni ejerce el espacio de desarrollo y reconocimiento a aptitudes personales. Indisimuladamente se fomenta la competitividad, el individualismo y la búsqueda del lucro.
La construcción de la familia, no es prioridad de los jóvenes y la simple convivencia o la paternidad solteril, no alcanza para el desarrollo de éticas y valores contemporáneos con proyección futura.
 Si bien el desarrollo y la satisfacción personal ocupan un lugar primordial en las jóvenes generaciones, están sobrevalorados su individualismo y la despersonalización, lo cual obstruye la construcción colectiva de una sociedad diferente.
  Construcción socio-cultural colectiva que en nada es ayudada por las mismas organizaciones sociales existentes. Que no promueven la participación con transparencia y la rendición de cuentas, que permitan en franca apertura intelectual un intercambio creativo y superador.
El copamiento de los cargos directivos por camadas que se enquistas en organizaciones e instituciones del ámbito privado o semi-público, con prácticas corruptas, tampoco ayuda a promover la participación y el crecimiento cultural de las jóvenes generaciones.
¿Tienen las empresas, la capacidad de generar el cambio cultural de participación y mejoramiento, que luego se traslade a la sociedad en su conjunto, aunque sea por su interés íntimo de promover el crecimiento personal para aumentar el nivel productivo de sus empleados?
¿Es la “Responsabilidad Social Empresaria” la herramienta que nos facilite a todos el asumir la cuota de involucramiento en cada uno de los aspectos de nuestra existencia?
¿Habrá llegado el techo de las desviaciones de ambición de las personas, para recomenzar el camino de búsqueda del bien común, que elimine riesgos y temores?
 ¿Cuánto estamos individualmente dispuestos a aportar a una causa colectiva?

  

miércoles, 24 de mayo de 2017

¿Por qué razón, no germina la RSE en los trabajadores?

Razones que podrían hallarse analizando respuesta a preguntas de los propios afectados. Por ello compartimos esta serie de visiones.

¿Qué siente un gerente, o un profesional, cuando el más humilde de los trabajadores de cualquier sector, se le acerca para conversar?

Para evitar la necesidad de identificaciones subjetivas y personalizadas de las diferentes y específicas generaciones laborales,  por ser más gráfico tomamos la generación laboral próxima a entrar en la calificación de” adultos mayores”,  que en definitiva es la que heredó, modifico y construyó  los entornos que hoy encontramos, la cual desarrolló su existencia sobre una cultura basada en dos grandes pilares: la familia y el trabajo.
Familia que formo a semejanza de un modelo social-religioso, a partir de un proyecto personal idealizado y sueño de convivencia y contención afectiva. Crecimiento generacional vasado en principios y valores de respeto, admiración a liderazgos personales y búsqueda de satisfacción y bienestar personal.
Trabajo que desde la subsistencia y estabilidad, le permitió la obtención de recursos económicos que facilitaron ese mejoramiento material y aparente justicia social que se trasladaba al confort, sin asumir un grado de compromiso a futuro, de su vínculo con lo producido, ni búsqueda de su lugar legítimo en la cadena de producción que leyes si le fueron otorgando, transformando dichos derechos en meras expresiones jurídicas, ajenas a su existencia.
Hoy, se da cuenta que la familia se mueve sobre otras pautas diferentes y casi distantes a su raíz cultural. Que vive a distancia y no lo contiene ni lo acompaña y en muchos casos, hasta lo menoscaba. Que tiene que aceptar la convivencia con costumbres, conductas y valores que nunca imagino en lo personal y mucho menos en su entorno familiar. Las adicciones expuestas como expresión de libertad individual. Trasvasamiento generacional que le cuesta aceptar, minado de hipocresía, deslealtades, homosexualidad, lesbianismo, concubinatos temporarios por conveniencia. Aceptación natural de hijos extramatrimoniales, corrupción valorada según el nivel de exposición descaradamente expuesta.
Actividad laboral que se resiste a abandonar y que previsionalmente lo confina a una incertidumbre de capacidad de supervivencia, aumento de la expectativa de vida y soledad social no comprendida institucionalmente.
Recién toma contacto con su realidad cotidiana asumiendo su falta de desarrollo personal y propósitos de vida más allá de cuidar nietos o mascotas de sus hijos. Su desconexión entre su vida real y sus aspiraciones. Descuido de la naturaleza y del planeta. No halla los resultados de su búsqueda de libertad y superación. De ausencia de proyectos post-laborales, chatura socio-cultural e individualismo a ultranza solapado. Sueños desarrollados sin planificación ni propósitos ciertos. Se niega a asumir la traición a sus ideales juveniles, inducido por una sociedad de consumo que le hace pagar su desinterés de participación cívico-comunitaria y despreocupación por la inequidad de la distribución de la riqueza que el mismo contribuyó a generar.
Actitud de ignorar su subsistencia en un entorno socio-político-económico, local e internacional, suponiendo la inalcanzable posibilidad de sentir las consecuencias de cambios socio-culturales, para los cuales se negó, no encontró o le negaron su espacio de participación o involucramiento y que hoy paga por igual, como aquellos que supieron beneficiarse con esos cambios.
Consecuencias por no cuidar el medio ambiente. No prepararse para la tecnología que no pidió permiso para incorporarse a la vida productiva y cotidiana. A los cambios culturales, la globalización, las consecuencias de los “ismos” (capitalismo, socialismo, personalismos, populismos, etc. etc.).
Hoy, se siente obligado a no abandonar su puesto de labor, taponando el crecimiento de una juventud necesitada de espacio y una sociedad con alto grado de desempleo juvenil.  Si tiene recursos, conocimientos y aun capacidades intelectuales, vuelve en nuevas formas de consultorías, auditarías y/o asesores externos, en falso e indelebles vínculos laborales que las empresas explotan, pero que le permiten sobre existir en una sociedad que no lo reconoce y siente que lo lanza al ostracismo.
Criterios y aspectos que desde la empresa no se valora. Que aun, las que dicen y propagandizan prácticas sanas de RRHH, no canalizan con la urgencia, integridad, y participación que los trabajadores necesitarían. No se reconoce la interdependencia, la necesidad de comunicación, con transparencia y compromiso de involucramiento en la generación de oportunidades de crecimiento y superación.
RSE que no incluye a los trabajadores de base y mucho menos a los cuestionadores o sindicalizados. Que bajo el discurso de la subsistencia empresarial disfraza su interés por conservar su poder discrecional y arbitrario y su ambición de acumulación y lucro, sin reconocer la importancia en la que se asume cada miembro de su cadena de valor, contemplando, contribuyendo y mejorando sus vínculos. Actitud disimulada y acompañada por ese sector de gerentes y profesionales que con forzadas técnicas de liderazgo y sofisticado sometimiento, adiestra y maltrata por igual.
Desconfianza y desilusión mutante, que traslada en su labor diaria, falto de entusiasmo, creatividad y ejemplo para generaciones jóvenes, aun con ímpetu y ansias de reconocimiento y aspiración de crecimiento.


Adalberto Tadeo Steinfeld

Mayo 2017.- 

lunes, 15 de mayo de 2017

RSE/4 - Responsabilidad Social Cuatripartita


El concepto Responsabilidad Social Corporativa o Empresaria, nacido del interés competitivo patronal, sospechado de pretender generar barreras arancelarias, dirigido primariamente a las multinacionales, puede convertirse en una herramienta de reorganización social, donde cada parte asume su cuota parte de compromiso con su prójimo, contemporáneo o futuro, en un plano de respeto mutuo, tolerancia y proporcional esfuerzo y donde nadie puede ser o estar excluido.
Ninguno desconoce que la brecha entre los más ricos y los más pobres siempre existió, aunque la hemos visto incrementada en la década del 90, no solo en nuestro país sino en casi todo el mundo. Y a pesar de los diferentes índices positivos de crecimiento, nada hace que se revierta esa tendencia, en similar proporción a como se fue deteriorando en perjuicio de los que por ahora, en forma silenciosa, no se someten a la resignación de ser los perdedores.
Muchos factores inciden para que ello ocurra. Falta de adecuadas políticas por parte de los Estados, la injusta distribución de las riquezas generadas desde las empresas privadas, crisis de valores y quiebre del entretejido social, ambición desmedida y corrupción de los individuos, etc., etc., etc.
¿Cómo hacer para que el rico o el poderoso se  preocupen o asuman un criterio diferente con los más débiles o necesitados? O simplemente se avengan a dialogar en busca de un equilibrio que frene reacciones o impulsos muchas veces descontrolados. O acepten que “Donde hay una necesidad hay un derecho”, frase de “Evita”, popularizada por políticos y cuanto aprendiz de dirigente social  que quiera congraciarse con la gente.
Los piquetes, los conflictos obreros, la posesión de un espacio y la obstaculización de su uso por terceros, conllevan inexorablemente a la represión, en busca de reestablecer un falso orden, no haciendo más que mostrar que la convivencia se torna frágil y hasta imposible, motivo por el que la dirigencia, de todos los sectores involucrados, deben hallar alternativas estratégicas que vuelvan a equilibrar posibilidades y reconquistar el respeto mutuo, para un diálogo constructivo, en busca del reconocimiento por la riqueza producida y por todos, en más o en menos, generada.
Nuestro criterio de RSE Cuatripartita, involucra obligatoriamente no solo a la Empresa, (como orientadora y gestionadora del capital), sino también al Estado (en su rol de articulador de objetivos comunes sustentables), los Trabajadores sindicalizados (artífices del saber hacer diario con estructuras de apoyo) y las diversas Organizaciones de la Sociedad (ONG, Universidades, Clubes deportivos, Soc. de Fomento, Fundaciones etc.), según el protagonismo particular y/o regional.
Todos asumiendo y colaborando esperanzados, en que la dirigencia empresaria supere su ceguera y egolatría sectorial; los políticos que administran el Estado, asuman la obligatoriedad de trabajar para una causa local, regional o nacional, superadora de conflictos e inequidades y duración pos generacional;  los dirigentes sindicales se rediman en su rol protectorio y abandonen su apoltronamiento gerencial en servicios/negocios de dudosa transparencia a favor de sus representados; las organizaciones sociales con transparencia intelectual, según su propio expertice, participando en el ordenamiento y mejoramiento de la comunidad y de ello seguramente los asalariados, los profesionales, los estudiantes, la sociedad toda, podrá superar resentimientos generados por la desigualdad, la marginación y la falta de reconocimiento social.
Si bien los Principios de OIT para empresas multinacionales y desarrollo social, las directrices OCDE, Pacto Global, Objetivos del Milenio, entre documentos de nivel internacional, normas como SA8000,  AA1000, SG21, más los índices puntuales y regionales, o la ISO 26000 y el GRI, muestran la intencionalidad de normalizar la temática mostrando válidos y positivos antecedentes, debe asumirse que la gestión de la Responsabilidad Social es un proceso que recién comienza, y que, debiendo expresar actitudes por encima del cumplimiento de las obligaciones legales, compete a quienes tienen mayor poder de decisión, dar los pasos de mayor transcendencia que consoliden la ética y moral de las conductas corporativas.
Las herramientas comunes son simples pero contundentes: respeto e inclusión, transparencia de objetivos, rendición de cuentas, participación y prácticas comunes de ética y anticorrupción.
En resumen, de todos depende y para todos serán los beneficios de las relaciones que hacen “un mejor vivir”.

NOTA: Publicado Revista DirCom  Jun-2005

jueves, 22 de octubre de 2015

Felicidad, relacionada con estructura social

Argentinos, dinero y felicidad

Un estudio elaborado por la Universidad de Palermo (UP) y TNS Gallup, muestra que la gente piensa que para ser rico hay que ser corrupto; además están de acuerdo con la redistribución, pero todos se consideran exceptuados de aportar.
Conclusiones que no están solas; hay un manojo más de afirmaciones a las que se llega al analizar la relación de los habitantes de este país con el dinero y la satisfacción que tienen con sus vidas.
La radiografía de los argentinos y su vinculación amor/odio con el dinero o los aspectos económicos de su existencia surge del "4° Estudio sobre Felicidad, Relacionado con la Estructura Social", elaborado por la Universidad de Palermo (UP) y TNS Gallup, en el que participaron Gabriel Foglia, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UP, y Cynthia Carbonell, directora de Proyectos de TNS Argentina.

El dinero no se hace trabajando
Un aspecto destacado es que en este país, la mayoría opina que aquellos que tienen dinero lo obtuvieron de manera "non sancta", básicamente de la mano de la corrupción y el fraude. "Por eso está mal visto ganar dinero", comenta Emilia Montero, coordinadora académica de Recursos Humanos de la Facultad de Ciencias Económicas de la UP.
El dato llamativo e inquietante se observa en el análisis sobre cuáles son los factores que para los argentinos determinan o condicionan el acceso a los niveles más altos de la sociedad: el 24% del total de los encuestados lo atribuye al fraude o la corrupción (la opción mayoritaria), seguido por la herencia familiar (21%), la educación (16%) y el esfuerzo (13%).

Estas respuestas están muy vinculadas también con el hecho de que nadie se considera de clase alta y, por lo tanto, nadie cree que está en el segmento donde se delinque para ganar posición económica.
 "La misma clase alta, que no se considera alta, dice que se escala gracias a la corrupción y el fraude", acota Foglia.
La educación es siempre culpable, nunca benéfica
Relacionada con el punto anterior, existe otra parte del estudio que ahonda en las causas por las que una persona es de clase alta y por qué una de clase baja no puede ascender.
Tal como se dijo antes, el principal factor que los argentinos consideran a la hora de explicar por qué alguien es rico es la corrupción, cuando en países desarrollados ocupa ese sitial la educación. Sin embargo, cuando se pregunta por qué la gente que está en los estratos más desfavorecidos no progresa, sí se atribuye la "culpa" a la educación.
Carbonell dice que les sorprendió que el ascenso no estuviera asociado al estudio y sí a maneras ilícitas de obtener riqueza. "Lo curioso es que si se lo pregunta al revés, es decir, si se pregunta por qué una persona no sale de una clase menos favorecida, sí aparece como principal factor la falta de educación -explica la investigadora-. Es muy llamativo que en general, la educación se asocia sólo a no poder salir de la pobreza y sorprende negativamente que en el imaginario general se crea que, para crecer en la escala social, vale más la corrupción y no la educación."

Dime lo que gana tu compañero y te diré cuán feliz eres

Los argentinos son menos racionales de lo que se sospecha. Cuando se presenta la hipótesis de que podría ganar un sueldo de $ 8000 mientras que el compañero gana $ 6000, la mayoría se muestra más satisfecho que si se le da la opción de que los dos cobren $ 9000. "No parece una opción inteligente, sin embargo, así somos", acota Foglia.
Tetaz explica que importa más el ingreso relativo que el absoluto, la comparación con el otro. "La primera explicación para esto es que nos comparamos contra nuestros colegas o pares porque no tenemos idea de cuánto nos merecemos ganar; entonces miramos a los otros como referencia: si mis compañeros ganan 12.000 me pongo contento con 14.000 no porque me haga feliz que ellos ganen menos, sino porque pienso que 12.000 era lo que correspondía, y entonces estoy contento por ganar un poco más", dice.
La segunda hipótesis de Tetaz para esta respuesta es que, simplemente, el hombre es un animal social y todos los mamíferos se ordenan grupalmente en torno de alguna jerarquía particular que determina el orden de prioridad en el acceso a los recursos de supervivencia y reproducción. "En esos ordenamientos sociales sólo importa la posición relativa en el grupo y es probable que eso explique por qué preferimos ganar menos si ello mejora nuestra posición relativa en la oficina", concluye el economista.
El dinero no hace la felicidad, pero si me falta soy infeliz

En un estudio preliminar sobre bienestar subjetivo, también elaborado por la UP y TNS Gallup, se destaca que el dinero no está entre las primeras razones que las personas esgrimen para explicar por qué son felices. En tanto, en un contraste un poco contradictorio, sí aparece la cuestión económica a la hora de explicar la infelicidad.
"Al preguntarle a los encuestados sobre razones por las que se consideran felices, 4 de cada 10 se refirieron a la familia y los seres queridos, mientras que sólo 3 de cada 10 hicieron mención a estar muy bien económicamente... En cambio, entre las razones más mencionadas por los que declaran ser infelices se destacan problemas económicos...", se detalla en el informe.
Tetaz subraya al respecto que el economista Richard Easterlin demostró hace 35 años que en los países de más alto PBI per cápita, la gente no era más feliz que en los países que tenían un PBI per cápita más bajo. "Pero la economista Carol Graham mostró luego que había un «umbral de ingresos", y que los ingresos sí importaban hasta que se llegaba a un ingreso de clase media, pero que luego ya no existía relación. Por esa razón, aunque más ingresos no te hacen más feliz, si te faltan los ingresos sufrís infelicidad", explica.
 Todos quieren ser Robin Hood, pero nadie se reconoce rico
En la Argentina, la mayoría de los encuestados para el trabajo mencionado, considera que están bien las políticas redistributivas.
Cinco de cada diez personas está totalmente de acuerdo o de acuerdo con que el Estado utilice dinero proveniente de los impuestos que pagan los sectores de mayores ingresos para aplicarlo en los programas sociales para los sectores más pobres de la sociedad. Siendo que la mayoría de los encuestados no se reconoce como de clase alta, este apoyo a las políticas redistributivas puede deberse a que pocos responden identificándose con aquellos que deberán pagar los impuestos que financien estas políticas.

Carbonell destaca que en este cuarto estudio que hacen sobre la felicidad, lo que se empieza a notar es inconsistencia de la respuesta de la gente cuando se le pregunta si está de acuerdo con una política redistributiva. "Responden que sí, pero después nadie se reconoce como clase pudiente, aun aquellos que son claramente clase alta. Cada uno está de acuerdo en que alguien pague impuestos para una política redistributiva, siempre y cuando no sea él", concluye la especialista.
Nadie dice ser de clase alta

Consultados sobre en qué lugar de la estructura económica y social se ubicarían, la mitad de los argentinos dijo ser de clase media-media. Ningún entrevistado se identificó como perteneciente a la clase alta, y sólo 2% se autodefinió como de clase media-alta. 
En tanto, al cruzar estos datos con el nivel socio demográfico de la muestra surge que entre aquellos que pertenecen al segmento ABC1, 88% se identificó como clase media o media-baja, y 4%, directamente como clase baja. En esta sintonía, 86% de los entrevistados pertenecientes al segmento D y E dijo pertenecer a segmentos medios de la sociedad.
Martín Tetaz, economista autor del libro Casual Mente, dice que la distorsión de que todos piensen que son de clase media ocurre por un sesgo de representatividad.
"No vivimos en grupos aleatorios representativos de toda la sociedad, sino en estratificaciones de personas de similar situación socioeconómica que la nuestra (los barrios) y tendemos a juntarnos con amigos y compañeros similares a nosotros. Y la verdad es que nos sentimos del promedio porque dentro de esos grupos estamos en el medio, aunque esos grupos sean una isla y no sean para nada representativos de la sociedad", analiza el especialista. Este estudio, que se realizó en base a una encuesta nacional en hogares con una muestra probabilística de 1.000 personas, indaga los aspectos que ponen de manifiesto la percepción que tiene la población acerca de las distintas clases sociales, qué es lo que hace que uno pertenezca a cada estrato y a cuál sienten que pertenecen. 
Gabriel Foglia, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UP, destacó que "este nuevo proyecto tiene como objetivo analizar las condiciones materiales del contexto y del entorno que influyen en la satisfacción y felicidad de las personas".
El 29% del total de los encuestados entiende que la ubicación de las personas menos favorecidas se debe al nacimiento y el ambiente en que las personas viven. Las menores posibilidades de educación son el segundo factor explicativo más mencionado (26%), y luego, la falta de esfuerzo (19%).
Si bien existe una gran dispersión entre lo que consideran que es el ingreso de la clase más rica de la población, la mitad de los encuestados mencionan importes de más de $50.000 en una familia tipo de cuatro personas. En relación a los ingresos mensuales percibidos por la clase más pobre de la sociedad, el 70% de la población cree que el ingreso de quienes pertenecen a esta clase no supera los 8.000 pesos.
La mayoría coincide que para que una familia tipo no pertenezca al segmento social más pobre debería tener ingresos entre los 10.000 y 20.000 pesos. 
 Artículos publicados en:
 LA NACION-  Economía 4 de Octubre de 2015 –
INFOBAE Economía –  6 de Octubre de 2015.-

          Adalberto Tadeo Steinfeld 

Factores de riesgo psicosociales en el trabajo

Recopilación de apunte del Seminario UNTRES del Prof. Dr. Julio César Neffa

Los factores de riesgo psicosociales en el trabajo (RPST) preocupan a los investigadores por el impacto que tienen sobre la salud de los trabajadores, su gravedad e intensidad incrementada, mientras que los interlocutores sociales y los gobiernos, no han logrado consensos ni adoptado políticas pensando en el mediano y largo plazo, para reducir o controlar esos riesgos, su atención médica y reparación de los daños que ocasionan.
Solo analizábamos las condiciones de maquinas y medio ambiente, limitado a los riesgos del ambiente de trabajo, -los accidentes laborales  y enfermedades profesionales, sin asumir que  la vida y la salud de los trabajadores no obedecen a “su influencia” por las características personales, capacidades de adaptación y de resistencia frente a los riesgos, donde la prevención es posible.
Como nuevo paradigma productivo, las empresas adoptaron políticas más exigentes para evitar la caída de sus ganancias y apropiarse del excedente, utilizando métodos de disciplinamiento e intensificación del trabajo.
Sin alternativas los trabajadores dependen de su salario para asegurar la reproducción de su fuerza laboral, aceptan una condición de “servidumbre consentida” quedando sometidos a la lógica de producción y acumulación del capital en condiciones de mayor heteronomía, dependencia y subordinación y expuestos a nuevos riesgos psicosociales.
Las condiciones y medio ambiente de trabajo están constituidas por los factores socio-técnicos y organizacionales del proceso de producción implantado en el establecimiento (o condiciones de trabajo) y por los factores de riesgo del medio ambiente de trabajo. Exigencias, requerimientos y limitaciones del puesto de trabajo, cuya articulación sinérgica o combinada da lugar a la carga global del trabajo prescripto, la cual es asumida, asignada o impuesta a cada trabajador, provocando de manera inmediata o mediata,” efectos directos o indirectos, positivos o negativos, sobre la vida y la salud física, psíquica y/o mental.
Dichos efectos están en función de la actividad o trabajo realizado, las características personales, su capacidad de adaptación y resistencia ante los factores determinados por el proceso de trabajo, el cual asume es el resultante de relaciones sociales y de inter-relación entre variables que actúan en un contexto socio-económico y de características propias de los establecimientos; siendo este proceso de trabajo, el que define la naturaleza específica de la tarea a realizar por el colectivo de trabajo y por cada uno de los que ocupan dichos puestos”.
A medida que se intensificaron los estudios desde la sociología médica, la psico-dinámica del trabajo y la ergonomía, se llegó a la conclusión que se estaba frente a un problema que no se podía comprender plenamente desde una sola y única disciplina. Puntualizados aspectos de economía, sociología y psicología del trabajo, para la investigaciones pluri disciplinaria, desde la OIT, la OMS y otros centros de investigación de países industrializados,  el foco del análisis se desplazo, desde higiene y seguridad, a las condiciones y medio ambiente de trabajo, construyendo el concepto de Riesgos Psicosociales en el Trabajo, que pueden definirse como "los riesgos para la salud física, síquica, mental y social generados por las condiciones y medio ambiente de trabajo,  interactuando con el funcionamiento psíquico y mental" (Gollac, 2011).
Según el Prof. e investigador francés Michel Gollac y sus colegas del INSEE y la DARES,  los factores psicosociales de riesgo en el trabajo, pueden agruparse en torno de ocho ejes centrales  resumidos de la manera siguiente:

1.- La intensidad y tiempo de trabajo. Comprenden la demanda psicológica, autonomía e intensidad del esfuerzo y recompensa por lo realizado.
La intensidad y complejidad dependen de:
-organización y contenido del trabajo,
-restricciones y exigencias de trabajar a un ritmo elevado,
-existencia de objetivos poco realistas o vagos, generando ambigüedad,
-polivalencia, pluriactividad y fuertes responsabilidades,
-instrucciones contradictorias,
-interrupciones no programadas de  actividades,
-obligación de adquirir competencias exigentes.
La variable “tiempo de trabajo” es determinante  cuando difieren los horarios “normales” (6-8 horas diurnas) en días laborables. Los mismos son adoptados por empresas que recurren a ello para reducir costos, no invertir en maquinarias y acelerar la amortización de sus bienes de capital y equipos; lo que influye sobre salud y bienestar de los trabajadores que tienen que adaptarse a dichas exigencias:
- trabajo nocturno y/o trabajo por turnos rotativos, que modifican el ritmo circadiano,
- trabajar los fines de semana y días festivos,
- trabajo en horas anti-sociales que impiden compatibilizar horario del trabajador y los de su familia.

2.- Exigencias emocionales. Se generan en relación con la jerarquía, colegas, clientes y usuarios, cada vez más exigentes. Están vinculadas con:
- necesidad de dominar y adaptar las propias emociones, como parte constitutiva del trabajo,
- dominar y moldear las emociones sentidas por las personas con las que se interactúa en el trabajo (colegas y subordinados),
- tener que esconder las emociones para poder ejecutar el trabajo.
Provocan miedo a los accidentes, a las enfermedades,  a la violencia verbal y física externa,  temor al fracaso y/o ser objeto de reprimendas, castigos, pérdida de ingresos, ser estigmatizado o caer en el ridículo, frente a los demás.

3.- Autonomía en el trabajo. Significa tener márgenes de maniobra para ejecutar previsibilidad de la tarea a realizar, participar en la concepción y la evaluación de la actividad,  para:
-  ser actor en su trabajo,
- utilizar conocimientos y competencias adquiridas, desarrollarlas y aprender,
- participar en la vida de la empresa y en la adopción de decisiones,
- de orientar su carrera laboral/profesional y adquirir nuevas competencias,
Disponer de autonomía en el trabajo ayuda a encontrarle un sentido que es una condición para tener placer al ejecutarlo.

4.- Las relaciones sociales en el trabajo. Permiten la integración en un colectivo, y pueden ser:
- horizontales: entre trabajadores, de los cuales recibe, un “apoyo social”,  con quienes puede haber conflictos y se construyen “ideologías defensivas” para superar los riesgos,
- verticales: con su jerarquía, de quien debiera recibir “apoyo técnico” para hacer bien el trabajo, según sea el estilo de gestión,
- entre el trabajador y la organización que lo emplea (posibilidades de promoción y de reconocimiento,…)
- con el exterior de la empresa, que puede dar lugar a un reconocimiento o a violencia verbal y física por parte de clientes y usuarios, (o de los alumnos y sus padres…).
Las relaciones sociales en el trabajo deben permitir un equilibrio entre el esfuerzo realizado y la recompensa. Comprenden la remuneración y beneficios, las condiciones y medio ambiente de trabajo, su impacto sobre la salud, posibilidades de hacer carrera en la organización, sistema justo de evaluación, adecuación del trabajo a sus calificaciones y competencias, pudiendo dar lugar a patologías resultantes de la discriminación, de acoso, moobing, etc.

5.- Conflictos éticos y de valores
- El sufrimiento ético surge cuando se pide al trabajador que actué en oposición a sus  convicciones y valores sociales o personales. Obligarlo a no respetar reglas éticas o si como parte sustancial de su trabajo debe ocultar información o mentir a los clientes o usuarios respecto de la calidad de los productos o servicios que venden, la posibilidad de resolver los problemas planteados por aquellos, etc.

6.- La inseguridad de la situación de trabajo, comprende:
- inseguridad socioeconómica por miedo a perder el empleo, que bajen sus ingresos, sentir bloqueado su desarrollo de carrera, consecuencia de crisis o restructuraciones,
-  carácter estable o precario del empleo,
- condiciones de trabajo difíciles de soportar,
- estar expuesto a frecuentes cambios operativos sin recibir la información útil en tiempo o no  comprender sus objetivos,
- saberse desprotegido socialmente por no estar registrado ante los organismos de seguridad social (trabajo “en negro”).

7.- Inexistencia dentro de la empresa de dispositivos para prevención de riesgos psicosociales en el trabajo, como Médicos e  Ingenieros Laborales, Comité Mixto de Seguridad, Salud y Condiciones de Trabajo que se ocupe del tema, como asi también ocultamiento o falta de información a los trabajadores sobre la existencia de esos riesgos profesionales, o dificultades para que reciban asistencia por perturbaciones psiquiátricas debido al tabaquismo, alcoholismo, consumo frecuente de psicotrópicos o drogadicción.

8.- Generalización y desconocimiento de las características individuales de los trabajadores al asignar las tareas, porque la capacidad de resistencia y de adaptación de cada uno de ellos a los riesgos es diferente. La heterogeneidad debe ser considerada por quienes se ocupan de la gestión de la fuerza de trabajo.


Lo que está probado, es que estos riesgos que afectan las capacidades psíquicas (dimensiones afectivas y relacionales) y mentales (cognitivas y de la memoria), con el correr del tiempo se somatizan, generan sufrimiento y aparecen los efectos sobre el cuerpo: accidentes cardiovasculares, infartos del miocardio, hipertensión arterial, úlceras, perturbaciones del sistema digestivo, colon irritable, perturbaciones del sueño y del humor, y con mayor frecuencia las depresiones severas, los trastornos de ansiedad generalizada, ataques de pánico, etc.
Con frecuencia los diagnósticos tratan de encontrar una herencia genética que explique las dolencias, y las víctimas son derivadas al tratamiento psicológico o psiquiátrico, recetando medicamentos costosos que generan ganancias extraordinarias de los laboratorios, o se aconsejan medidas “relacionadas con la vida familiar y social “supuestamente desordenada”. (hacer una vida saludable, sin consumo de tabaco, alcohol o drogas, hacer gimnasia de manera regular, practicar yoga, no hacerse problemas,…).
Por ignorancia, pereza mental o picardía no se identificaba la principal causa: las características del proceso de trabajo, con su organización y contenido.
Las investigaciones han demostrado que síntomas se producen debido a la inadecuada o injusta organización y el contenido del trabajo: cuando está dividida social y técnicamente los trabajadores, no tienen un margen de autonomía para realizar el trabajo utilizando sus conocimientos y experiencia;  no pueden ser sinceros y deben controlar sus emociones y la del personal que tienen a su cargo; no demostrar tener miedo o inquietudes ante la presencia de peligros o riesgos; cuando tienen que violar sus principios éticos o sus valores y mentir o esconder información a clientes y usuarios; cuando son víctimas de la injusticia, de alguna forma de violencia, o de hostigamiento o discriminados negativamente; no tienen la garantía de gozar de un empleo seguro y estable, por ser pasantes, trabajadores eventuales, con contratos por tiempo determinado, asalariados ocultos como monotributistas o autónomos
El trabajo humano, actividad voluntaria orientada hacia una finalidad, es una necesidad  humana y un derecho, y al mismo tiempo la producción de bienes, servicios, información y conocimientos que tienen una utilidad social porque permiten la satisfacción de necesidades, para hacer posible la reproducción de la especie humana. Los frutos del trabajo trascienden al trabajador, dado que el resultado de ello sobrevive a su creador y puede desplazarse lejos del lugar donde se ejecutó.
Las comunicaciones y la cooperación para hacer una tarea en común son el resultado, y al mismo tiempo, creadores de solidaridad entre los miembros del colectivo de trabajo y construyen la identidad del sujeto que, al ejecutar el trabajo, experimenta sufrimiento y/o placer según sea su capacidad para hacer frente a las deficiencias del trabajo prescripto, para trabajar de manera autónoma, con latitud de decisión y según su propio estilo, pudiendo recibir apoyo técnico y social dentro del colectivo de trabajo, obtener un reconocimiento y una recompensa de parte de la empresa u organización que compense su esfuerzo y los resultados alcanzados.
La irrupción de esta problemática dentro de la práctica profesional, porque la concepción predominante es limitada,  reduciéndola a la simple fuerza de trabajo y sus  consecuencias, son el incremento de los costos en materia de salud y seguridad social, conflictos laborales y deterioro, desaliento y disminución de productividad y calidad, escasa propensión para innovar, todo lo cual afecta la competitividad genuina de la economía.

          Adalberto Tadeo Steinfeld