En
un rápido ejercicio por prever el futuro incierto, post epidémico, que le espera
a los ámbitos de trabajo, consideramos oportuno analizar dos alternativas que
pudieran darse:
1.- Que todo vuelva rápidamente a lo que llamábamos
“normalidad”, donde cada sector trata mediante la especulación y la presión
recuperar lo perdido, mientras a la vez, cada individuo o empresa tiende a
atesorar regalías, previendo un ciclo económico turbulento, donde debiéramos
desconfiar tanto de los hipócritas oportunistas con poder y recursos, como de
los idiotas y desconocidos aplaudidores. Donde nadie quiera ver la mezquindad humana
con la que convivimos. Donde todos y cada uno nos preocupamos por cuidarnos y
acomodarnos a los codazos de ser necesario, en la sociedad que nos condiciona e
impone sus reglas, dictadas por los más poderosos. Donde no exista compromiso
colectivo ni tener una transición armónica de modelo social, de defensa del
medio ambiente y la naturaleza que decimos “es necesario modificar”. Defendiendo
el mantenimiento de un mercado sin moral ni memoria, exigente de un
disciplinamiento colectivo, por momentos sofocante.
2.- Encontrarnos en un medio social habido de alterar lo
mal existente, tendiendo al consenso y al equilibrio democrático entre los
actores, reconociendo que muchas cosas hemos hecho en forma inadecuada o dejado
pasar sin intentar corregirlas. En lo laboral y previo a toda reforma
agazapada, aprovechar la oportunidad para desterrar las relaciones profesionales
hipócritas, confrontativas y nido de desigualdades. Dar inicio, fomentar y
cementar un nuevo “Contrato Social” realista, participativo y humano, con
dialogo social ejercitado a partir de la
confianza mutua despertada, generando acciones que creen beneficio para la
comunidad en la cual se vive, con el aporte y el beneficio proporcional para
todos y cada uno de sus componentes. Donde reconozcamos necesario la existencia
de un Estado coordinador y orientador, trabajadores con adecuada calidad de
vida y empresas que sean prosperas y sustentables para todos, cuyo capital sea
nacional o extranjero, público, privado o comunitario, pero puesto al servicio
de la comunidad en forma prelatoria.
Ambiente generalizado para lograr un cambio de
prioridades, donde nadie se vea ni excluido ni marginado de las ventajas
obtenidas por el esfuerzo común. Donde cada cual desde su espacio alcanzado y validado por la propia
organización, sea reconocido por su conocimiento, habilidad y cuantía de buena persona, no con visión de
altruista, pero si con un compromiso social con la ética, la dignidad y la honradez.
Donde con sinceridad se respete la igualdad de género, que no se permita el
trabajo infantil en toda la cadena de valor, siendo celosos custodios de la revalorización
del hombre en el trabajo y el reconocimiento de los adultos mayores que nos
precedieron en la construcción de la sociedad en que elegimos desarrollarnos.
No debemos esperar que otros nos impongan las formas y
los límites de vincularnos con otros sectores, como así también la manera de distribuir
la riqueza que entre todos producimos. Debemos posicionarnos desde un plano de
igualdad y por ser trabajadores no sentirnos menos, ni aceptar que por ser jefe,
alguien pueda sentirse más que el resto. Reconocer la diversidad del hombre como raza, asumiendo capacidades
distintas en habilidades y/u oficios, técnicas, cualidades físicas y de pensamiento,
pero destacar a los de una visión global y predisposición a la colaboración, la
solidaridad y el compromiso con los más renuentes y/o rezagados en la
interpretación de los nuevos tiempos.
Toda organización, del tipo que fuera, debiera tener claro y siempre presente junto
a sus responsabilidades a seguir, la dimensión axiológica de sus valores, su
ética y sus metas sociales. Tener definido códigos donde en forma participativa
se asuma conductas y motivantes formas de reconocimiento con quien comparte y
colabora a su crecimiento. Incorporar nuevos aprendizajes que hacen al quehacer
de la actividad. Superar la cultura de imposición, coerción, sometimiento y
miedo que ha servido para dirimir la puja por la distribución equitativa de la
riqueza entre todos generada y el anhelo lícito de cada uno de los componentes
sociales, donde la falta de sentido de pertenencia y reconocimiento del rol
interno, la ausencia de control presencial y nulidad de toda concientización, ha
conllevado a una conducta pasiva, de estancamiento y falto de compromiso de los más débiles, en
oposición a una actitud de confrontación y exigencias de los que se sienten más
fuertes, hábiles y rebeldes, sin medir las consecuencias y perjuicios
ocasionados, con sus actitudes, a la propia comunidad, la naturaleza o el medio
ambiente que dicen defender.
Debemos asumir que, como la revolución industrial se
desarrolló, en su momento, a partir del aporte físico de los trabajadores, hoy,
la inteligencia artificial que lidera el cambio, se nutre del pensamiento y la
creatividad de las personas que la articulan en toda su dimensión. Del diálogo
y las formas de comunicación de los líderes y sus bases. Del respeto al prójimo
y la participación libre y amplia de todo miembro en busca del crecimiento, a
partir de un compromiso público de Responsabilidad Social, compartida y concordante
con su privacidad.
Lograr la participación en Comités Cuatripartitos de
los trabajadores de base sindicalizados, en cada establecimiento con
representantes de la Empresa, el Estado, los Trabajadores y las organizaciones representativas
de la sociedad y el entorno, sean estas ONGs, Consumidores, Medio Ambientalistas,
Universidades, Cultos Religiosos, etc. según el tema, su alcance y las
circunstancias. Analizando los proyectos
de negocios que hacen a la sustentabilidad de sus propias fuentes de labor y su
medio, a partir de contar con información directa, genuina y trasparente y desde
esa valiosa participación, el liderazgo natural de los emprendedores y el
razonamiento de los más pensantes, fomentar el “Dialogo Social”, dejando
olvidado el espíritu de competencia sectorial para pasar a la colaboración,
servicio y creatividad colectiva por el bien común. Previendo errores, propios
y ajenos, riesgos y consecuencias habituales y extraordinarias de la actividad
y dificultades humanas, sanitarias y climáticas. Proyectando y previniendo conjuntamente
crisis o conflictos lógicos y humanos pero ejerciendo como guardianes y custodios
el cumplimiento de códigos y protocolos de relación y acción concertados, en
favor de la sana convivencia, la justicia social y el medio ambiente.
Alejados de una cultura solo de supervivencia,
proyectar nuestra apoltronada calidad humana a partir de la experiencia vivida,
superándonos, predisponiéndonos al servicio y no desde el rol de sentirse
víctima sobreviviente que espera su resarcimiento mediante acciones
coercitivas. Sino, por lo contrario, a partir del Estado, ejercitando el derecho
a la vida, la libertad, la seguridad y la igualdad de posibilidades, por si y
para sus generaciones futuras, sin atajos y desde la ley como piso de nuestra
conducta, asumir todos que será necesario desarrollar nuevas y revalorizadas
habilidades, como capacidad de adaptarse, ser flexible, tener afinidad con la
tecnología, pensamiento crítico, espíritu de colaboración con sus compañeros,
actitud de liderazgo, predisposición al aprendizaje permanente. Nueva sociedad
evolutiva donde no pesen de igual manera los títulos, las experiencias, la edad
o el género, si no están ligados al sano aporte social.
Seguramente, muchas empresas y personas hacen
malabarismo para cumplir con sus obligaciones y en especial con sus empleados,
mientras otras, aún no consideren llegado el momento de una transformación
armónica y aprovechando su cuota de
poder y solvencia, a la vieja usanza, pretenderán usar la tecnología y la
inteligencia informática con algoritmos y fórmulas para como ejemplo, la
incorporación y ocupación de personal, disimulando discriminaciones y/o
captando a grupos vulnerables por lugar o barrio de su vivienda, constitución
de su familia, si es numerosa o si tiene otros hijos menores. Si su pareja es
empleada o desempleada, o si en su grupo familiar hay personas discapacitadas que
pueda influir negativamente. Variables fisiológicas que determinen si su mayor
atención según su cronotipo es matutina o vespertina, o el color de sus ojos o
su condición física, etc. etc. etc. O desde lo ideológico defender la libre
empresa en el reparto de ganancias, pero ante las crisis, endilgar al Estado
forzadas soluciones financieras e inflacionarias que salven el riesgo no
asumido, más pérdidas acontecidas, o
hacer recaer en sus trabajadores, los errores de previsión y conducción.
Para ello, los representantes sindicales deberán estar
atentos y contrarrestar toda hipocresía y falsedad empresaria y propia. Evitar
los abusos, la flexibilización de hecho, la tercerización improcedente, la
precarización, la contaminación y la destrucción del medio ambiente de nefastos
empresarios, plasmando en los Convenios Colectivos los acuerdos y lineamientos
básicos a superar en cada empresa y en cada sector, con la pujanza del conjunto
y del medio.
Deberán instruirse y contribuir a la capacitación de
los representantes de base, acompañarlos en la gestión, promoviendo
alternativas y sugerencias que las circunstancias aconsejen, en defensa de los
derechos e intereses de sus representados y de la sociedad. A posicionarse como
auténtico y legitimo capital humano y por ello, socios menores y necesarios en
la generación de riquezas, con actitud fraterna, solidaria y protagonista de un
consumo responsable y cuidadoso de su entorno.
Exigir derecho a la información de proyectos y
objetivos más rendición de cuentas de resultados al igual que la distribución
de ganancias y utilidades Dando por destituida toda puja mutua y extorsiva por
poder. Y con plena libertad de opinión, asumiendo cada uno su rol y su
representatividad, contribuir a la confección de los códigos y protocolos de
vínculos, balances sociales periódicos, rendición de cuentas trasparentes y
públicas, con claro ejercicio de prácticas de anticorrupción.
Buscar la verdad como objetivo debe guiar al hombre,
como norma para su conducta, sin detener el crecimiento que nos hace mejores
seres humanos, al servicio de la comunidad.
El artículo 14 bis de nuestra Constitución Nacional
nos avala: Condiciones dignas y equitativas de labor; Jornada de trabajo
limitada; Salario Mínimo, Vital y Móvil; Protección contra el despido
arbitrario; Control de la producción, Colaboración con la dirección y Distribución
de las ganancias, entro otros preceptos de vida, fundantes.
Los valores y principios del concepto de Responsabilidad
Social Compartida, pueden ser un buen sendero inicial, para una nueva forma
de compromiso comunitario.
Mayo de 2020.-
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